La experiencia nos muestra que el cuidado de la Amazonía y los procesos de reforestación no tienen un efecto real si no van acompañados de una estrategia de desarrollo cultural, pues los pueblos originarios están en un punto de recesión que favorece la entrada de narcotraficantes, madereros, buscadores de oro, latifundios de monocultivos, etc.
Además de la salud a través de la nutrición y otras ideas que iremos implementando en el tiempo, estamos desarrollando líneas en el ámbito de la medicina natural autóctona (con apoyo científico), pero también la recuperación del arte como forma de estimular el desarrollo de sus formas y hacerlas visibles al mundo.
En este sentido, ya son 10 los discos de recuperación de músicas ancestrales que hemos editado. Hemos hecho un largometraje que está en fase de postproducción. Estamos proyectando hacer un documental en los próximos meses. Y ya está en marcha el Centro de Arte Amazónico, dirigido sobre el terreno por la cantante de la etnia asháninka Yésica Sánchez.
En estos momentos estamos formando a niñas, niños y adolescentes de varias comunidades con la finalidad de subir el nivel de calidad para posteriormente crear un grupo sólido de arte multidisciplinar con el que montar un espectáculo; auténtica embajada hacia el mundo para reivindicar la importancia de que todas/os somos responsables de lo que sucede en la Amazonía y que Europa debe implicarse más.
